PRIDE

Glasshouse, New canaan, Connecticut, 1949.
Philip Johnson


No fue el mejor arquitecto americano, pero sí el más influyente. Philip Johnson, arquitecto WASP graduado en Harvard, abanderó el International Style en los años 20, el Postmodern en los setenta y el Deconstructivismo diez años más tarde. El descrédito artístico que sufrió por su conversión al postmodern, estilo al que aportó sus peores obras, se agravó al final de su vida por las revelaciones sobre su apoyo a Hitler y al nazismo en los años 30. Su necrológica en el periódico New York Times, escrita por Mark Stevens el 31 de enero de 2005, llevaba por título Form follows fascism, paráfrasis de la frase form follws function del movimiento moderno, y recogía algunos estremecedores datos del lado oscuro de Johnson, extraídos de la biografía de Schulze de 1994.
Para obviar la política, se refugió en el estilo. Johnson nunca pensó que la forma siguiera a la función, sino que fue siempre un ardiente defensor de la arquitectura como arte, como pura definición formal. Por eso su dios era Mies van der Rohe. Después de ver los planos de la casa Farnsworth de Mies, Philip Jonson no pudo resistirse a proyectar para él mismo una casa parecida. Y, como era rico y disponía del terreno necesario para ella a una hora de Nueva York, en New Canaan, la terminó antes.
En una foto de los años 50, podemos ver a Philip Johnson apoyado en el la pared de ladrillo del pabellón de invitados, con la Glasshouse al fondo. Su cara es de satisfacción. Sabe que su casa de cristal es bella y, sobre todo, es ya parte de la historia de la arquitectura. Son ventajas de subirse a lomos de un gigante como Mies.

En otra foto lo vemos ya más mayor, sentado fuera de la casa. Como si el césped fuese una alfombra, se ha quitado los zapatos, y tiene una mesa al lado. La pradera verde es, pues, la sala de estar de un conjunto doméstico que abarca tanto la transparente Glasshouse como el opaco y privado pabellón de invitados.
   
Philip Johnson era capaz de apreciar al mismo tiempo a dos personalidades tan opuestas como Mies van der Rohe y Andy Warhol, el icono de la arquitectura moderna y el iconoclasta del arte moderno. A Johnson le gustaba ser un enfant terrible, y lo siguió siendo cuando era nonagenario.
Hay bastantes cosas en común entre el Johnson postmoderno y el artista pop Warhol. El cinismo amoral permite jugar con libertad, sea con las columnas y frontones de la arquitectura de Ledoux,  sea con las copias del rostro de Marilyn. Puede hacerse cualquier cosa, y cobrar la mayor cantidad de dinero posible por ella: Johnson se describía a si mismo como una puta que cobraba de las grandes corporaciones que le encargaban rascacielos. Todo es negociable, y el éxito se asocia al glamour.
Philip Johnson había encargado a diversos artistas -Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Robert Indiana, John Chamberlain y Andy Warhol- obras para el exterior del pabellón de Nueva York de la Feria Mundial de 1964. Andy Warhol creó la serie Thirteeen Most Wanted Men, que consistía en paneles con las fotos policiales de los criminales más buscados, obtenidas de un cartel de 1962 del Departamento de Policía de Nueva York. Robert Moses, responsable de la Feria y factotum del urbanismo y la obra pública en Nueva York desde 1946, censuró la obra de Warhol, por resultar ofensiva para los electores italianos, al ser la mayor parte de los criminales de esa nacionalidad, y Johnson llamó al artista para que la cambiara o retirara. Warhol, indignado, preparó 25 paneles del rostro de Moses luciendo una sonrisa feroz, pero Johnson no quiso ofender a su cliente, por lo que finalmente los paneles de los Wanted men se cubrieron con pintura plateada.
David McCabe fotografió a Warhol en la Glasshouse, cuando ésta la visitó en invierno de 1964-65. Para no molestar a Johnson, hizo la foto desde fuera de la casa. Detrás del cristal vemos a Warhol de pie, con gafas de sol, elegantemente vestido con traje y corbata oscuros. Su porte desafiante, con los pulgares en los bolsillos del pantalón, y su mirada orgullosa, parecen decir: “Miradme, he llegado hasta aquí, estoy en la más famosa de las casas modernas de América, con su dueño”. Detrás, Johnson dibuja en una mesa, ajeno a la presencia de Warhol y del fotógrafo.
Philip Johnson murió en su casa de cristal de New Canaan a la edad de 98 años.