DETRAS DE LOS EUCALIPTUS
Case Study House nº 8. Pacific Palisades, California, 1945-49.
Charles y Ray Eames
Su casa propia fue la única obra relevante de arquitectura de Charles y Ray Eames. Era la Case Study nº 8 del célebre programa puesto en marcha a mediados de los años 40 por su amigo John Entenza a través de la revista Arts & Architecture, para diseñar viviendas innovadoras aprovechando los nuevos materiales y técnicas de origen industrial, desarrollados durante la guerra que acababa de terminar.
La historia de la construcción de esta casa es parte de la mitología de la arquitectura moderna: la sustitución del diseño inicial de Eames y Saarinen por otro, completamente diferente, pero que aprovechaba todos los elementos de acero que ya estaban encargados, la terminación de la estructura en un día y medio, su coste diez veces menor que el de la tradicional construcción en balloon-frame de madera, la inmersión en la naturaleza mediante la plantación de una hilera de eucaliptos que aportan sombra y ocultan vistas, la combinación de paneles rectangulares enmarcados, transparentes, traslúcidos y opacos, que evocan la arquitectura japonesa.
La casa podía ser una caja, o dos, más bien, una de ellas más pequeña y dedicada a estudio. Esas dos cajas, prismas rectangulares alineados de dos plantas, separados por un patio intermedio, se adosaban a un muro de contención longitudinal de una planta. Las cajas tenían en su interior unos altillos que ocupaban la mitad de la planta, destinados a dormitorios en la vivienda y a almacén en el estudio.
Los Eames se trasladaron a la casa en las navidades de 1949, y vivieron allí el resto de su vida, dedicándose, tras dos o tres proyectos fallidos, como el de la casa para Billy Wilder, a diseñar muebles y portadas de revistas, a preparar montajes para exposiciones y a filmar unas cien películas. Además, tenían un trabajo fijo como guardeses y guías de su casa, que fue un museo casi desde el primer momento, y como tal, tenía que estar siempre en perfecto estado de revista.La casa está llena de pequeños objetos de procedencia diversa que los Eames coleccionaban. Si aproximamos la mirada a cualquier rincón, haciendo un zoom de detalle como ellos hicieron en su famosa película Powers of Ten, comprobaremos la proliferación de objetos tremendamente abigarrada que hay a esta escala microscópica. Telas, juguetes, cojines, candelabros, libros, mesitas, ceniceros, macetas, floreros y otros objetos de uso meramente decorativo, sumados a unas pocas pero escogidas obras de arte, contribuyen a configurar un recargado interior muy alejado de la austeridad zen que cabría esperar del aspecto exterior de la casa, basado en el ideal industrial de prefabricación.El interior de la casa Eames es el de una casa en la que vive alguien. En esa casa, como en casi todas, la pareja que la habita va depositando, a lo largo de los años, objetos diversos, indescifrables para un extraño, pero llenos de sentido para ellos. Estos objetos son el testimonio del paso del tiempo, son, como suele decirse, recuerdos de diversos momentos de la vida, pequeños estratos de historia solidificada.En una de las fotos más conocidas del interior de la casa vemos a Charles y Ray conversando, sentados en unas sillas de patas muy cortas, como japoneses. Llevaban ya más de cinco años viviendo en la casa, porque cerca de ellos vemos un diseño de 1956, el Lounge Chair and Ottoman, que acabaría siendo uno de los muebles icono del siglo XX.
Los Eames se miran, como en muchas otras fotos, y están sentados junto al lugar en el que, según las plantas de proyecto, debía situarse una chimenea. Esta chimenea, que no se llegó a construir, habría separado la zona de estar de doble altura del rincón que es el lugar más íntimo y acogedor de la casa: la salita que vemos detrás de Ray, un camarote de barco con paredes de madera iluminado con luz cálida. En los planos del proyecto se señalaba que la zona de estar de doble altura debía mantenerse básicamente libre de mobiliario, y la salita de techo bajo, de unos 2,40 metros de altura, se identificaba como zona de estar, para escuchar música, leer o sentarse. Charles y Ray, por tanto, están sentados a la puerta de lo que es el corazón de su casa. Fuera está la arquitectura, el diseño, la transparencia del vidrio, el frío. Dentro, el hogar, el calor, el refugio.